Entrevistas TQ+SUR MECA PhotoEspaña 2019 [Revista TQPLUSART]

Entrevistas REVISTA TQPLUSART 

[En esta entrada comparto las entrevistas que realicé a los 9 fotógrafos andaluces con quienes tuve el gusto de compartir mi participación en la exposición TQ+SUR comisariada por Fernando Barrionuevo en MECA Mediterráneo Centro Artístico, Sede Oficial del Festival de Artes Visuales PhotoEspaña 2019. Esta labor la realicé como responsable de prensa de la sede almeriense del certamen PhotoEspaña de junio a agosto de 2019. Algunas de ellas fueron publicadas en Diario de Almería, gracias a la colaboración del preiodista Diego Martínez. Están todas incluidas en el repositorio de la web de la revista creado por Rosa Muñoz, directora de Programas de MECA www.centromeca.com]


Mar Garrido

Mar Garrido nació en Madrid y actualmente vive en Granada. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid y Doctora en Bellas Artes por la Universidad de Granada. Realizó estudios de posgrado en School of Visual Art y en Parsons School of Design de New York City. Trabajó como creativa en TVE realizando cabeceras y promociones especiales de cadena en programas vinculados con el cine. En la actualidad es profesora titular de la Universidad de Granada en cuya Facultad de Bellas Artes imparte la asignatura Proyectos Audiovisuales. Mediante el vídeo, la fotografía y las composiciones sonoras, su trabajo cuestiona el papel de la memoria, el desplazamiento y el arraigo como forma de reflexión sobre el territorio y el instante.

Ha realizado exposiciones individuales y colectivas en Londres, República Dominicana, Málaga, Granada, Murcia, Turquía y Madrid. Y participado en Festivales internacionales de videoarte en Barcelona, Braga, Buenos Aires, Nueva York, Venecia, Edimburgo y Cuba entre otros.

¿Cómo llegas a la fotografía?, ¿cuál es tu trayectoria?

Desde el dibujo y la pintura, desde la práctica artística. Cuando terminé BBAA en Madrid, me trasladé a Nueva York para estudiar en Parsons School of Design y en la S.V.A. Y cuando regresé a Madrid empecé a trabajar con cámaras y equipos profesionales de edición en RTVE. Años más tarde, solicité una excedencia en TVE y comencé a dar clase en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada. Ahora si se juntaban las dos mitades, la creación artística y sus procesos, el manejo de las herramientas y sus procesos.

Tal vez por estas idas y vueltas, aunque en ese juego de preguntas dentro-fuera se interponga un artefacto – cámara-, entiendo la fotografía es una manera de mirar, como el instrumento que me acerca al mundo.

¿Cómo compaginas tu trabajo y la dedicación a tu obra fotográfica?

Forman parte de la misma realidad. Tengo la suerte de impartir Proyectos Audiovisuales en la Facultad de Bellas Artes, por tanto mi trabajo en la Universidad y mi “trabajo” artístico caminan juntos. Estoy en contacto con gente muy joven que “está en el arte”, se quiere dedicar al arte y, si mi mirada y mi trabajo en la fotografía y la videocreación no se desarrollaran, no podría impartir clase. No podría entender los procesos de los alumnos, sus euforias y sus miedos.

¿Cómo surge tu inquietud por el tema que muestras en este proyecto fotográfico en PHotoESPAÑA, sede oficial MECA?, ¿qué quieres expresar con este trabajo?

Este proyecto es una reflexión personal sobre el antes y el después, la percepción, la naturaleza, el tiempo y la complejidad que encierran los términos observar y representar.

Me interesa especialmente la dialéctica que se establece entre la imagen fija y la imagen en movimiento.  Lo transitorio y la fugacidad del tiempo. Ese tiempo ausente que se nos escapa entre dos imágenes, dos instantes congelados entre los que conscientemente se elimina otro momento.

Propongo la interrupción como un espacio de silencio; elemento híbrido que posibilita el palpitar de esas huellas de luz que se ordenan y desestructuran en el recorrido de las series fotográficas. La pausa. La elipsis como elemento que define ese preciso instante de captura de una imagen en intervalos formales de tiempo. Cada observador, completará el vacío con sus propias vivencias.

Llama la atención la forma visual como articulas este contenido, ¿qué estructura tiene este trabajo? y ¿cuál ha sido el proceso creativo?

Las fotografías se estructuran en series, fragmentadas en dípticos, trípticos o polípticos que dialogan con cada espacio expositivo. De este modo, la concepción del proyecto visual modificará el lugar físico, transformándolo en un espacio diferente en cada muestra. Cuando es posible, me gusta volver una y otra vez al lugar de la toma, incluso año tras año para  observar los cambios que producen las variaciones de la luz y el paso del tiempo. Me gusta involucrarme con el paisaje, estar en ese preciso lugar, sentir la humedad, el calor, en ocasiones el peligro. Es una toma de conciencia del aquí ahora, me hace sentir viva. Antes de hacer las fotografías imagino la totalidad de la serie, que pienso como una sucesión de imágenes continuas-discontinuas, con silencios, con pausas. Parto de un hipotético caos para después, seleccionar, estructurar y componer cada imagen buscando un orden preexistente que hace que cada imagen “funcione” independientemente y con el conjunto. 

¿Podrías decir que este trabajo es representativo de tu estilo fotográfico?, ¿qué otros aspectos sueles abordar en tu creación?

Si, si es representativo. Como he comentado, la fotografía y el soporte audiovisual son el eje vertebrador de mi trabajo, cuya propuesta visual se presenta a través de los líneas argumentales: por un lado la Naturaleza, el cambio y la fragilidad. Por otro, los momentos fugaces de lo cotidiano, por lo general vinculados a la experiencia del viaje y que componen las piezas de video. La observación como el parámetro que concentra tiempo, espacio y luz.

Centrándonos en el panorama fotográfico nacional, ¿cómo valoras la apuesta de PhotoEspaña?, ¿cómo ves la situación de la fotografía en el momento actual?

PhotoEspaña es un referente indiscutible que permite conocer en directo la obra de autores tan emblemáticos como William Klein o Berenice Abbot. Desde hace años los veranos están asociados PhotoEspaña y sus propuestas. Exposiciones, actividades y concursos que dan a conocer otras miradas, otras maneras de percibir la realidad.

En un momento de saturación y banalización de la imagen, PhotoEspaña es una oportunidad para entender no sólo el cambio social y nuestro pasado inmediato, también es una documentación sobre la transformación del paisaje urbano y rural en todo el mundo. Creo que la fotografía es una herramienta maravillosa para abrir conciencias y hacernos reflexionar sobre nuestra vulnerabilidad. 

Aunque es evidente que estamos rodeados de imágenes, que cada día se hacen millones de fotografías que se acumulan como datos en la nada, eso no quiere decir que esas millones de fotografías tengan algo que contar. Pero algunas conmueven, te hacen parar. Lo que quiero decir, es que aunque aparentemente la facilidad y abaratamiento en los costos de los dispositivos hayan generado esta tremenda superproducción y trivialización de la imagen, no todo vale. Un lápiz y un papel son materiales sencillos y asequibles y sin embrago, sólo algunas personas son capaces de hacer extraordinarios dibujos.

De las exposiciones programadas en esta edición de PHE, ¿has visitado alguna, qué te llama más la atención?

Estuve en la exposición inaugural de PHE, La sombra incisa de Javier Vallhonrat en el Jardín Botánico de Madrid. Me interesa especialmente este proyecto donde Vallhonrat establece una relación única, casi mística con el paisaje, con el Glaciar de la Maladeta al que contempla y se aproxima con sumo respeto, con cautela y emoción. Estamos fotografiando a un ser vivo.

De la exposición de David Jiménez, Universos, en la Sala Canal de Isabel II, me gustó como articula sus secuencias fotográficas que se yuxtaponen sin atender a un orden narrativo temporal.

¡Pero, nos queda aún todo el verano!

¿Cómo crees que va a evolucionar tu trabajo a partir de ahora?, ¿hacia dónde te diriges?

Pues creo que de momento voy a continuar con mis Espacios de Tránsito, mis Intervalos entre las Cosas. Me inquieta ese leve desfase temporal y sensorial que existe entre la situación vivida y la imagen capturada por la cámara. Ese ligero desajuste, tanto acústico como visual, genera una cierta turbación, presente en la imagen fija y que se intensifica en las obras audiovisuales. Con las piezas de vídeo, intento rescatar la imagen del hilván que enlaza el tiempo, reorganizándose y creando un nuevo movimiento a partir de ralentizaciones, rupturas, repeticiones, superposiciones  y paradas que responden a otros ritmos y producen una nueva densidad de la imagen. Los silencios que quieren ser el hilo conector entre el ser y las cosas del mundo.

Detalle de la publicación en Diario de Almería.

Isabel Aranda

Isabel Aranda fotografía de manera casual pero a conciencia. Le fascina descubrir e investiga hasta dominar. Dice Pedro J. Miguel, del Gaviero Ediciones, que “Isabel Aranda es la única artista que conoce capaz de parecer Atget”, ya que al ofrecer sus imágenes “no hay otra aspiración, no se ha impuesto a la fotografía ni al espectador, no ha querido sorprender ni disgustar (…) no ha pretendido convertirse en fotógrafa universal, ni local, ni siquiera de barrio.” En su trabajo “Serendipias” esta fotógrafa almeriense que inicia su faceta artística en los años 80, presenta en TQ+SUR, sede MECA dentro del programa PhotoESPAÑA 2019, “fotografías que surgen de la casualidad. Fotos sacudidas antes de que tomen forma” que reflexionan sobre el paso del tiempo a través de la forma de las casas abandonadas del pueblo minero de Rodalquilar.

¿Cómo llegas a la fotografía?, ¿cuál es tu trayectoria?

No recuerdo ese momento ya que siempre ha estado ahí, de hecho, ha sido y es mi mejor relación. Es mi medio de expresión, no es algo que haya descubierto como afición ni como profesión, lo que me apetece es utilizar la fotografía como medio para expresarme.

Mi trayectoria es la propia de alguien que no ha vivido la fotografía de manera profesional, lo cual me ha permitido trabajar desde la libertad. Autodidacta, empecé con la fotografía analógica. He utilizado en muchas ocasiones película polaroid y ahora estoy coqueteando un poco con la fotografía digital. He realizado varios proyectos, entre ellos se encuentran “Una mirada más”, que expuse en el museo de la ciudad de Almería, “Tu rincón preferido” en el Centro Andaluz de la Fotografía, •Acuérdate” en la sala Alfareros de la Diputacion de Almería. Entre mis publicaciones, el libro “Una mirada más” editado por el Gaviero ediciones y “Gloomy Sunday”, libro auto editado.

¿Cómo compaginas tu trabajo y la dedicación a tu obra fotográfica?

Lo llevo muy bien ya que en mi tiempo libre hago mis trabajos fotográficos que es lo que me hace más feliz. Soy una persona a la que le gusta concentrarse en las cosas que le fascinan. Supongo que en la fotografía me ocurre como en lo personal, me interesan pocas cosas y dedico mi tiempo libre a esas pocas cosas que me interesan, volcándome en mi dedicación a ellas. 

¿Cómo surge tu inquietud por el tema que muestras en este proyecto fotográfico?, ¿qué quieres expresar con este trabajo?

El tema de este proyecto es el tiempo, de que manera deja su huella al pasar tanto en nosotros como en nuestro entorno. No me interesa sólo el aspecto físico del paisaje, ni capturarlo, soy más de pensar que de cazar, soy muy intimista, y utilizo la fotografía para expresar lo que quiero.

El trabajo trata sobre las casas del pueblo minero de Rodalquilar y su actual abandono. Pretendo contar el deterioro de un lugar que en su día estuvo lleno de vida.

Llama la atención la forma visual como articulas este contenido, ¿qué estructura tiene este trabajo? y ¿cuál ha sido el proceso creativo?

Serendipia es un trabajo compuesto por 22 imágenes. He utilizado película Polaroid transferida a papel acuarela. No suelo hace salidas fotográficas en las que lleve la cámara siempre conmigo y me gusta ser solitaria en mi trabajo fotográfico.

Mi proceso creativo es muy intimista, pienso o ideo un proyecto y me dedico a realizarlo. Para mí la forma de mirar es fundamental, tenga una intención previa de ser proyecto o no, siempre hay una historia que contar. En este caso concreto, la manera de abordar técnicamente el trabajo fotográfico tiene mucho que ver con la reflexión sobre el tiempo. Igual que en la película Polaroid, si las imágenes no se transfieren es difícil conservarlas, ocurre que en el abandonado pueblo minero de Rodalquilar el paso del tiempo ha hecho que haya detalles que con el paso del tiempo desaparezcan, ya no están cuando vuelves. Es lo que he querido captar con mi trabajo.

¿Podrías decir que este trabajo es representativo de tu estilo fotográfico?, ¿qué otros aspectos sueles abordar en tu creación?

 Si, este trabajo es representativo de mi manera de trabajar. Mi creación suele ser bastante intimista y precisamente el trabajo con analógico, y sobre todo el cuidado que requiere el trabajo con Polaroid tienen mucho que ver, la técnica con el estilo de abordar la creación. Hacer una buena exposición, que es difícil controlar el proceso de toma en Polaroid, así como separar la emulsión adecuadamente, sumergiéndola en agua caliente.

Centrándonos en el panorama fotográfico nacional, ¿cómo valoras la apuesta de PhotoEspaña?, ¿cómo ves la situación de la fotografía en el momento actual?

PhotoESPAÑA es algo maravilloso para todos los que amamos la fotografía. Quienes hemos seguido su trayectoria hemos visto que con el tiempo ha crecido en cuanto a calidad y volumen expositivo. Es importante en el movimiento fotográfico actual promover trabajos fotográficos con criterio, siempre que estos tengan la suficiente calidad, estén trabajados y pensados.

Creo que por fin se le empieza a dar a la fotografía el lugar que le corresponde. Ha estado mucho tiempo poco valorada y algo denostada. Artísticamente los avances en la tecnología digital han ayudado mucho. No soy de quienes piensan que el digital ha perjudicado a la fotografía. Creo que todo es válido.

De las exposiciones programadas en esta edición de PHE, ¿has visitado alguna, qué te llama más la atención?

Todavía no, pero ahora voy unos días a Madrid para visitarla como hago todos los años. Me interesa el trabajo de David Jiménez, me parece una visión plástica e intimista afín a cómo yo veo la fotografía. La selección de sus 25 años de trayectoria realizada por Alejandro Castellote me parece que tiene que ser impresionante y tengo muchas ganas de verla. Por otro lado, la retrospectiva de la Sala Alcalá de Darío Villalba “Pop Soul, Encapsulados y otros” creo que tiene que ser genial, llevar la fotografía a algo tan diferente, mirar la imagen desde distintos sitios, como montaje expositivo me parece muy interesante.

¿Cómo crees que va a evolucionar tu trabajo a partir de ahora?, ¿hacia dónde te diriges?

Imagino que seguirá evolucionando paralelo a mi evolución personal. Seguir creciendo, seguir creando. Supongo que continuaré en la misma línea, más que explorar otros lenguajes u otras técnicas, ya he dicho que me interesan pocas cosas y prefiero profundizar en mi fascinación por ellas. Bucear un poco en lo digital, pero continuar con el proceso analógico y de la Polaroid. Me da seguridad el control del proceso que me da la experiencia para poder expresar lo que quiero. Aunque me gusta todo, no me defino con nada en concreto. 

Detalle de la publicación en Diario de Almería.


Francisco Uceda

Francisco Uceda es licenciado en Filología Hispánica e Inglesa, en Bellas Artes y Antropología, de ahí su interés continuo por acercar la imagen a la palabra y por crear retratos que cuenten historias. Este artista almeriense se instala en Nueva York en 2001 y desde entonces su tiempo lo dedica a la docencia y fundamentalmente a la fotografía.

¿Por qué tu interés por la fotografía?, ¿cuál es tu trayectoria?

Imagino que mi interés en un principio tuvo que ver con los aspectos más lúdicos de la herramienta, o de hacer cosas con mi padre, un enamorado de la fotografía, al que solo veía los fines de semana.  Hacer fotos, usar la cámara de mi padre, aprender a usar la apertura, la velocidad de obturación, la sensibilidad o incluso el flash con mi padre era un reto, algo divertido que compartíamos los dos. Recuerdo con total nitidez la nueva polaroid que mi tía Julia le había traído a mi padre de Estados Unidos a finales de los 70.  Disparar el obturador, esperar unos segundos y ver cómo la emulsión formaba una imagen fue pura magia para mí. Desde ese momento quedé enganchado a la fotografía.

Las primeras fotos que recuerdo haber tomado eran eventos familiares. Creo que mi padre, harto de verme poner cara de bobo en las fotos optó por ponerme tras el visor a tomar algunas de esas fotos que compondrían el álbum familiar, y me permitió captar aquellos momentos que creyó significativos para nuestra historia. La mayoría fueron fotos para las que todos posábamos con mayor o menor sonrisa según nuestro estado de ánimo.

Luego, algunos fines de semana nos reuníamos después de cenar y mi padre nos regalaba noches de risa y cuentos mientras que veíamos las diapositivas de nuestros viajes y momentos de nuestra niñez y juventud. Yo estaba enganchado.

Pero, me gustaban las ciencias y la idea de viajar por el mundo haciendo fotos, documentando otras vidas y otras culturas. Cuando tuve capacidad de elección y a raíz de una beca de estudios, pude estudiar Antropología y Artes, con especialidad en Fotografía, y desde entonces no he parado de pensar en imágenes o actuar mediante ellas. 

¿Eres multidisciplinar o te centras sólo en la creación fotográfica?

Si bien la fotografía ha sido el medio por el que suelo filtrarlo todo y con el que me encuentro más cómodo, a lo largo de los años he trabajado con otras técnicas (y disciplinas) como la pintura, el collage, el fotomontaje, el dibujo, la performance, o incluso la narración, la poesía, el ensayo de acción social para construir el discurso.

¿Te dedicas a otra ocupación aparte de la creativa?, ¿qué relación estableces entre ellas?, ¿cómo influye en tu proceso creativo?

Aunque tuve mi experiencia como fotógrafo comercial, ésta fue breve, o lo suficientemente larga como para saber que la herramienta con la que quería hablarle al mundo, no era la misma con la que quería ganarme la vida. De ahí, que haya dedicado mi carrera profesional a la enseñanza, a plantearme formas de comunicar mi entusiasmo por las lenguas, la literatura, el cine, el arte y la pedagogía a estudiantes universitarios y de secundaria.

Sin embargo, los lazos y conexiones de mi obra con las artes, la antropología, la literatura y el cine han estado muy presentes desde el inicio. Mi tesis de fin de carrera en Arte, que empezó siendo un estudio o reportaje que pretendía documentar cómo se producía la carne en EEUU, desde las granjas industriales hasta los mataderos, acabó en algo más íntimo y personal, algo que pictóricamente entroncaba con el bodegón.

Otro ejemplo podría ser mi interés a lo largo de los años por la interpretación de textos narrativos o poéticos usando la imagen. Ya en los años 90, siendo estudiante de filología en la Universidad de Almería, junto con otro amigo, hicimos una propuesta de publicación para combinar la palabra y la imagen, de la que surgió un primer libro “La Desolación del Náufrago”, cuyas imágenes serían la base de las portadas de los siguientes libros de poesía de la colección. Igualmente, en el año 2000, hice una propuesta al poeta José Ángel Valente para aunar 37 Latidos, una serie fotográfica sobre mitología clásica, con Tres Lecciones de Tinieblas, su poemario sobre la Cábala judía, que por razones trágicas no vio la luz en su momento.

Otros proyectos más recientes, como la serie i Candy (2012-presente), han estado más conectados a la antropología o a la psicología, en cuanto a mi interés por recrear arquetipos del imaginario colectivo, cuestionarlos y subvertirlos.

¿Cuál es la temática que muestras en tu trabajo?, ¿es este proyecto que muestras para MECA PhotoESPAÑA independiente del resto de tu obra o es afín a lo que sueles hacer?

La inclusión de inmigrantes es uno de los mayores desafíos de derechos humanos que enfrentan los países de todo el mundo. A ambos lados del Atlántico, los inmigrantes y los refugiados han sido blanco de ataques de públicos alimentados por el racismo y la xenofobia. Tanto en los Estados Unidos como en España ha habido un repunte perceptible en el discurso anti-inmigrante, que deshumaniza y malinterpreta estas comunidades vulnerables. Tales actitudes se manifiestan no sólo a nivel popular, sino también entre los funcionarios públicos que han reforzado el sentimiento negativo con políticas nativistas. Quizás los ejemplos más destacados sean los esfuerzos de la administración Trump de separar a Estados Unidos de sus vecinos del sur; prohibir a los viajeros de siete países, de mayoría musulmana; reducir sustancialmente el número de llegadas de refugiados en las costas estadounidenses; revocar el programa de Acción Diferida para los llegados en la Infancia (DACA). Por otro lado, las propuestas de la ultraderecha europea no se quedan atrás en su política anti migratoria,  y van adquiriendo cada vez mayores porcentajes de voto, pensemos en el cercano Vox, que ha ganado las elecciones generales en algunos municipios de la provincia, y su papel en la formación de gobierno andaluz en las últimas elecciones.

El abuso verbal—haciendo uso de insultos tales como «espalda mojada», «frijolero», «bracero» – es parte de una experiencia multifacética de violencia que además incluye incursiones, detenciones, expulsiones forzadas, separaciones familiares y agresiones físicas. La criminalización de los inmigrantes como “amenazas a la seguridad nacional” y su uso como chivos expiatorios para los males socioeconómicos del país tienen ramificaciones trágicas para millones de inmigrantes que contribuyen activamente a la economía estadounidense, pero también española y la vitalidad y diversidad de nuestras sociedades.

La fotografía, junto con otras formas de arte, es un poderoso medio para concienciar y protestar contra las injusticias. En la serie Mojados, pretendo hacer justamente eso, capturar claramente la humanidad de los inmigrantes que los ataques racistas y xenófobos tratan de negarles. En los retratos de la serie, vemos rostros de sujetos, algunos endurecidos, otros suaves; sus posturas, algunas audaces, algunas tímidas; sus ropas, colores y estilos diferentes, más o menos vívidos contra el telón de fondo negro del que, en diversos grados, cada uno aparentemente ha emergido de la oscuridad para reclamar una presencia, una visibilidad ante los discursos y políticas que insisten en deshumanizar, criminalizar, fragmentar u ocultar a aquellos que consideramos como “el otro”.

Centrándonos en el panorama fotográfico nacional, ¿cómo valoras la apuesta de PhotoEspaña?, ¿cómo ves la situación de la fotografía en el momento actual?

Ante todo, me siento satisfecho y contento con lo conseguido por MECA este año al traer uno de los mayores y más prestigiosos foros internacionales de la fotografía  a Almería y que Mediterráneo Centro Artístico se convierta en sede oficial de PhotoEspaña, con el apoyo de organismos como la Universidad de Almería, la Diputación de Almería y el Ayuntamiento de Roquetas de Mar, y formar parte del elenco de voces que representan de algún modo la propuesta fotográfica que se está haciendo en Andalucía hoy en día.

Algo característico de PhotoEspaña es que cada edición es temática y las exposiciones muestran las últimas tendencias del mundo de la fotografía y de las artes visuales al público. Susan Bright, la comisaria invitada este año, vertebra las exposiciones con el concepto del déjà vu, para centrarse en artistas que se inspiran en tradiciones o ideas artísticas del pasado para crear obras que sean relevantes hoy en día.  Tal es el caso de Elena Brotherus, artista invitada este año, pero igualmente podría ser el caso de Cindy Sherman, Martha Rosler, Robert Heinecken, Sherrie Levine  o Richard Prince, artistas postmodernos que llevan cuestionando las verdades universales y objetivas, y que han subvertido la imagen fotográfica y su uso en los medios, ya sea apropiándose de ella o deconstruyéndola.  O el grupo de fotógrafos que reunió Laura Revuelta en su libro El objetivo Barroco, Fotógrafos del Drama, Erwin Olaf, Jeff Wall, Karen Knorr, Andrés Serrano, James Casebere, Philip Lorca di Corcia, José  M. Ballester, Vanessa Beecroft, o Sam Taylor-Wood, fotógrafos directamente conectados con la representación y la imaginería barroca.

De las exposiciones programadas en esta edición de PHE, ¿has visitado alguna, qué te llama más la atención?

He tenido la suerte y la oportunidad de ver varias exposiciones este año. Tenía mucho interés por ver la exposición de Leia Alaui, Los marroquíes, en la Casa Árabe, con la que encuentro muchos puntos de unión, en su manera de usar la fotografía para dar visibilidad a los invisibles. Tuve también la oportunidad de acercarme al Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa y ver el trabajo de Clare Strand, Elina Brotherus y del angolés Delio Jasse. Vi la obra de Donna Ferrato en dos lugares, y la obra de Karina Skvirsky en la galería Ponce + Robles.  Y me he quedado con las ganas de ver el trabajo de Carmen Calvo, Eirini Vourloumis, y Laura Letinsky entre otros.

¿Cómo valoras tu participación en este programa de MECA y hacia dónde crees que va a dirigirse tu trayectoria artística a partir de este momento?

Creo que la propuesta que se ha seleccionado para esta muestra, está dentro de las tendencias actuales de la fotografía como herramienta de activismo social y entronca y conecta directamente con artistas que quieren dar visibilidad a los que quedan al margen, como es el trabajo de Leia Alaoui que también participa en la sección oficial de este PhotoEspaña. Ahora mismo sigo involucrado en este proyecto, que también me ha llevado a la documentación de las chabolas en el campo de El Ejido y Níjar, y a la reflexión sobre conceptos como migración y casa. 


Alexis Edwards

Alexis Edwards es un fotógrafo que se esfuerza por mantener su estilo propio. Fascinado por la fotografía analógica y el trabajo artesanal en el cuarto oscuro, conecta con diferentes disciplinas artísticas, escultóricas y pictóricas. Sus imágenes son siempre contundentes y surrealistas por su técnica pero a la vez sus composiciones consiguen la yuxtaposición de varias historias, lo que hace que a veces traspasen la frontera de la pura imagen para convertirse en piezas teatrales.

¿Por qué tu interés por la fotografía?

Simplemente por la necesidad de expresar mi mundo interior a través del arte e intentar colaborar con mi obra fotográfica a crear una visión del mundo con armonía, belleza, elegancia, vitalidad y un toque de fantasía.

Desde pequeño siempre me interesó todo lo que estuviera relacionado con el arte, toqué muchas disciplinas artísticas, escultura, pintura, cerámica, sin embargo la fotografía tenía algo que superaba a las demás, descubrí que la fotografía y todo su proceso tenía magia, poder robar al tiempo un instante y plasmarlo para la eternidad es algo maravilloso.

La llegada fue un poco predestinada, tenía 20 años y un futuro por delante, estaba perdido como cualquier joven que tiene mil caminos para transitar pero se tiene que decantar por uno, puse en la balanza sus pros y sus contras, estaba claro que los contras pesaban más y que dedicarme al arte era y sigue siendo durísimo, pero había una fuerza interior que me empujaba a crear, pensar, sufrir, reflexionar, tropezar volver a tropezar en definitiva la vida de un creador.

¿Cual es tu trayectoria?

Mis comienzos fueron al comenzar mi formación académica en la Escuela de Artes, la cual había que elegir una modalidad y yo elegí fotografía. Al mismo tiempo descubrí que en mi ciudad había y sigue habiendo un colectivo llamado UFCA que se dedicaban a inculcar fotografía de una manera diferente a la académica y con una visión filosófica muy avanzada a aquellos tiempos. La formación principal la obtuve en las estanterías de las bibliotecas, en tertulias con artistas, viajes etc.

En tres décadas de trabajo, ilusión, decepciones, abundancia y hambre, he tocado tantos caminos que tendría para escribir un libro, desde vender en mercadillos callejeros de arte, colaborar en proyectos de interiorismo, galerías de arte, ferias o recorrer las salas más importantes y las más humildes. En estos momentos represento a Galerías de arte internacionales la mayoría de ellas en Iberoamérica.

Mi trayectoria expositiva fue prematura, todo me cogió de golpe y muy rápido, me vi de estar empezando a formarme a estar exponiendo en el Instituto Cervantes de Múnich, la Casa de América de Madrid o la Sala Amadis entre otras, en aquellos años había una convocatoria denominada INJUVE del Ministerio de Cultura, la llevaba Alejandro Castellote director en aquella época de PhotoEspaña, toda una eminencia, movían las exposiciones del certamen INJUVE por salas de gran prestigio.

En el mundo del arte un día estás arriba y al día siguiente puedes estar abajo, las tendencias artísticas cambian de una forma fulgurante, yo personalmente he preferido atravesar etapas con los bolsillos vacíos y no amoldarme a lo que el mercado del arte exigía en ese momento, siempre he sido fiel a mi estilo, la coherencia en tu obra es la que termina poniéndote en tu lugar.

¿Cómo ves la situación de la fotografía en el momento actual?

Con respecto a la situación de la fotografía en el momento actual habría que recalcar que cambia radicalmente de un país o continente a otro.

Para empezar concretar que en España la situación es muy, muy pero que muy cruda en el ámbito de vivir de ella, quiero recalcar, vivir de tu obra de autor, otra cosa es vivir de la fotografía en toda su extensión tales como enseñanzas, master class, reportaje por encargo, publicación de libros etc, pero de la obra autor, con los dedos de mis manos cuento los que viven de ella.

La situación económica actual en España y la falta de valores artísticos tienen gran parte de culpa.

Fuera de España el panorama es totalmente diferente, los artistas están valorados, no se puede explicar con palabras tienes que salir fuera de la península para experimentarlo.

De las exposiciones programadas en esta edición de PHE, ¿has visitado alguna, qué te llama más la atención?

Por lo general tengo tres citas apuntadas en la agenda todos los años, el Festival Iberoaméricano de Huelva, La Feria de arte ARCO y PhotoEspaña, por lo que aprovecharé el mes de agosto para visitarla.

Entre las exposiciones de PhotoEspaña que deseo visitar estarían: Donna Ferrato. Holy (Círculo de Bellas Artes), Eduardo Nave. Normandie: Les rivages du.(Tabacalera), William Klein. Manifiesto (Espacio Telefónica) y en Málaga visitaré INTRINSIC JOURNEY en el Museo Ruso.

¿Cómo valoras tu participación en este programa y hacia dónde crees que va a dirigirse tu trayectoria artística a partir de este momento?

La valoración no tiene fin, estoy rodeado de un gran equipo de profesionales y estando Fernando Barrionuevo al timón de este barco la expectativas son positivas en todos los sentidos, estamos hablando de palabras mayores PhotoEspaña es un escaparate a nivel mundial.

Mi dirección artística es la misma que hace 20 años, trabajar, prosperar artísticamente, no voy a cambiar de dirección, elegí un camino y moriré en ese camino, tengo que ser fiel a mi estilo fotográfico y sello personal.

Mi objetivo artístico no tiene fin, no voy a forzar nada, lo que tenga que llegar, llegará y yo haré lo posible para que ocurra. Tengo varios proyectos en mente bastante ambiciosos e interesantes, por el momento no te puedo hablar de ellos pues están en proceso de construcción.


Blanca Morales 

Blanca Morales es una fotógrafa gaditana dedicada de lleno al Documentalismo Poético en el que exprime cada momento vivido, llevándoselo a su terreno y documentándolo según ella lo percibe en su mundo interior.

¿Porqué tu interés por la fotografía?¿Cual es tu trayectoria?

Mi interés por la fotografía surge casualmente hace 11 años, después de estar desde joven buscando un método de expresión y en ese momento en que me vi con una cámara y decidí aprender a utilizarla para hacer fotos familiares, no pensé que iba a convertirse en una obsesión al principio y después en una verdadera pasión. Cumplió de sobra mis expectativas de lo que andaba buscando, haciéndome crecer no sólo como fotógrafa, que con la ayuda de UFCA aprendí a mirar, sino que en cada trabajo que he hecho he dado un paso a veces agigantado, otras menos, hacia el conocimiento de mí misma que al final es lo que, de forma inconsciente, deseo.

Me doy cuenta de que cuando empiezo un proyecto nunca es de una manera consciente sobre algo que tengo que resolver, sino que surge como una necesidad, la mayoría de las veces por aparente azar y cuando avanzo en el tema, siempre descubro de qué rincón de mí ha salido ese impulso tan intenso. Muchas veces se me han quitado síntomas que tenía, para mi es realmente terapéutica.

¿Eres multidisciplinar o te centras sólo en la creación fotográfica?

Me dedico a la fotografía exclusivamente, en otros momentos de mi vida, como he explicado antes, sí he hecho otras cosas en esa búsqueda _ necesidad de hacer algo artístico, pero nada de lo que hice me atrapó como esto.

Desde pequeña envidiaba a los pintores y los admiraba y lo sigo haciendo, pero al descubrir la cámara me di cuenta de que mi carácter se adapta más a este instrumento, pues soy impaciente y rápida, fue un gran descubrimiento para mí y me alegro enormemente de haberlo encontrado, abrió mi percepción del mundo y de mí misma, nunca podré agradecer lo suficiente a la fotografía todo lo que me da.

¿Te dedicas a otra ocupación aparte de la creativa?, ¿qué relación estableces entre ellas?¿Cómo influye en tu proceso creativo?

Soy médico, ejerzo como Pediatra y durante mucho años he hecho Homeopatía, donde el conocimiento profundo del paciente es imprescindible para poder administrar un tratamiento. Este trato con las personas sí ha influido en mi forma de mirar, de hecho lo que más me gusta es el retrato, el reportaje también, las biografías, todo lo que esté relacionado con el ser humano, pero siempre busco intimidad, y de alguna manera un poco de misterio, que no se si consigo, pero es algo que creo que está presente en mi trabajo.

¿Cuál es la temática que muestras en tu trabajo?, ¿es este proyecto que muestras para MECA PhotoESPAÑA independiente del resto de tu obra o es afín a lo que sueles hacer?

El trabajo que traigo a PhotoESPAÑA MECA es, “SolaMente”, una colección de retratos de mujeres que están solas y en un ambiente y con una luz determinada, una cierta penumbra. En esta ocasión también surgió como una necesidad hacer retratos de mujeres, no fue algo premeditado, fue un impulso, una compulsión, intentaba meter en el proyecto retratos de hombres y no me salía nada, mi tendencia en ese momento era hacer fotos a mujeres solamente y luego me di cuenta de que era algo muy profundo que salía de mí como a borbotones. Coincidió con un momento de crisis, en el que había un sentimiento de abandono muy fuerte, por eso las mujeres solas, luego me di cuenta de que era un espejo, es casi un autorretrato y de nuevo me ayudó mucho a superar ese momento difícil, al que tengo que agradecer la creatividad que surgió debido precisamente a ese dolor. Los momentos de crisis atraen a las musas, estoy convencida de ello.

Centrándonos en el panorama fotográfico nacional, ¿cómo valoras la apuesta de PhotoEspaña?¿Cómo ves la situación de la fotografía en el momento actual?

Creo que PhotoEspaña apuesta cada año más fuerte, y ayuda a fotógrafos emergentes a mostrar su trabajo, que junto a los ya reconocidos hacen de esta exposición una propuesta con gran versatilidad y calidad, es una oportunidad de oro para disfrutar de la fotografía en un marco incomparable.

Con respecto a como veo la fotografía actual creo que de alguna manera se ha abierto la veda que le estaba reservada a unos cuantos privilegiados y eso me parece fantástico, hay mucha gente que tiene mucho que decir y ahora es el momento de la expansión y como todo es cíclico estoy segura de que algún día esto tomará otro rumbo, de momento habrá que aprovechar lo aprovechable de tanta productividad.


Antonio Jesús García

Antonio Jesús García ´Che`es profesor de Técnica Fotográfica en la Escuela de Arte de Almería. Pertenece «a esa estirpe de artesanos de la espada, que no necesitan arma para cortar». Cundo no hace fotos -dice- como más disfruta es oyendo Rock and Roll con una buena cerveza en la mano.¿Qué decir de ser fotógrafo en Almería?, ¿cómo ha sido tu proceso y trayectoria?

Ser fotógrafo o realizar cualquier actividad creativa requiere un gran esfuerzo si queremos hacerlo seria y honestamente. Partiendo de esta base, creo que dedicarse a la fotografía en Almería conlleva algo más de compromiso, si cabe. Yo, al menos, siento el legado de Carlos Pérez Siquier y el Grupo AFAL, de Jorge Rueda y Nueva Lente, y de Manuel Falces y el Centro Andaluz de la Fotografía. Hay que ser conscientes de todo esto. Por ejemplo, jamás osaría hacer un trabajo sobre el barrio de la Chanca hasta no estar completamente seguro de que mi aportación no va a tener reminiscencias ni va a ser deudora  de lo que en su momento hizo Siquier. Como dice, el también fotógrafo, Peter Parker: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.

Aunque para ese entonces yo ya hacía fotos, hemos de reconocer que existe toda una generación de fotógrafos almerienses que se han formado, o nos hemos terminado de formar, en mi caso, con las increíbles exposiciones que el Proyecto Imagina trajo a la ciudad.

Mi cultura es absolutamente pop y eclética, mis influencias son underground y procedentes del mundo del cómic, el cine de Serie B y el rock and roll; abarcando artistas o espectros tan dispares como Lee Friedlander, Robert Frank, Stanley Kubrick, Raymond Carver o Bernardo Atxaga. De ahí que mis primeros pasos en el mundillo del “arte” fueran como dibujante de comics, titiritero, editor de fanzines, diseñador gráfico y posteriormente fotógrafo. Esto en un entorno ultraperiférico como Almería resulta siempre rompedor. Inicialmente, al estar inmerso en el mundillo del diseño gráfico, la fotografía no la concebía como un fin, sino como un medio, para ilustrar una portada de un disco, un cartel publicitario o un proyecto editorial. Poco a poco, cuando me atreví a coger la cámara por placer, no con un fin publicitario, fue emergiendo esa preferencia por la fotografía de calle que había ido adquiriendo, sin ser consciente de ello, a base de ver libros o visitar exposiciones.

¿Puede un fotógrafo dedicarse en cuerpo y alma a la Fotografía?

Si por dedicarse en cuerpo y alma entendemos el vivir de ello, la respuesta es inexorablemente: no. En España no solo es difícil vivir de la fotografía, sino de cualquier disciplina artística, ya sea literatura, pintura, música, etc. Quizá esta dificultad sea mayor en las artes plásticas, y para colmo dentro de ellas la fotografía sea quien lo tiene más. En este país se ha habituado a la gente a no valorar el trabajo intelectual. Si a través de internet tienes acceso a un sinfín de películas y de archivos musicales, es muy difícil  convencer a alguien para que vaya al cine o se compre un disco y no digamos una fotografía. La gente debería ser consciente de que ese supuesto “gratis” de la red, realmente no es ¨gratis”, es “ilegal”. Paradójicamente esa accesibilidad a la cultura es la que propicia que para muchas personas el pagar seis euros por una entrada de cine, un proceso que ha tardado años en gestarse, en el que han estado involucradas cientos de personas y que nos va a entretener durante dos horas, se les antoje caro, al tiempo que pagar esa misma cantidad, o mayor aun, por un puto cubata que te va a durar diez minutos, no se lo parezca.

Ahora, bien, pienso que para realizar un trabajo creativo, ya sea fotográfico o de cualquier otra especialidad, hay que hacerlo de la manera más seria y honesta posible. Mira el grupo AFAL, al principio no todos se dedicaban  en exclusiva a la fotografía; Carlos, sin ir más lejos, trabajaba en un banco, pero no impedía que cuando cogiera la cámara para hacer fotos lo hiciera en cuerpo y alma, poniendo todo su empeño en ello.

Otro aspecto que me parece interesante reseñar del proceso creativo es que para crear hay que conocer. Las personas creativas deben sentir curiosidad por multitud de temas. Hoy día se da mucho lo contrario, la súper especialización, el saber mucho de una cosa y nada del resto. Pienso que para intentar comprender el mundo, antes hay que conocerlo. Si para el profesor inglés Ken Robinson, “la creatividad es el principal factor que nos diferencia del resto de los animales”, podríamos decir que la creatividad es el motor del progreso de la Humanidad, y que la creatividad solo se desarrolla mediante la interrelación de diferentes campos de conocimiento que aparentemente nada tienen que ver entre si.

¿Cuál es la situación de la que hablas en el trabajo fotográfico presentado a MECA PHE?

El trabajo que presento en MECA PHE forma parte de un proyecto amplio sobre la ciudad como identidad cultural, como catalizadora de nuestro carácter e idiosincrasia como aporte de consolidación de la identidad individual y colectiva de la ciudadanía. Una reflexión del entorno que habitamos, a partir de la fotografía. Un proyecto que nos ayuda a conocer e identificar más profundamente el acervo cultural de nuestro entorno.

Fotografías que aportan una visión singular de los territorios urbanos en los que nos desenvolvemos normalmente, siendo el denominador común la captación de la fugacidad del tiempo cotidiano. La contemplación pausada de escenas con las que diariamente nos cruzamos pero que, debido a los propios ritmos acelerados y aturdidores de nuestras vidas, no le prestamos la atención debida o ni tan siquiera percibimos.

Concediendo a la toma la mayor importancia del acto fotográfico, rehúyo de la manipulación digital. Para ello me sirvo de fotografías en espacios comunes, cuya lectura posibilitará una visión humanista y poliédrica del entorno habitable.

El formato extremadamente panorámico confiere a la obra un carácter marcadamente cinematográfico y evocador, pues su lectura, al contrario que la proporción habitual de 4:3 que nos cierra la imagen, nos invita a imaginar más allá del formato físico de la misma. Se buscan así composiciones, encuadres y juegos de luces que permiten al espectador identificarse y reconocerse a sí mismo en el rastro  de elementos, espacios y sensaciones que normalmente nos pasan desapercibidos.

Esa inquietud social parece ser común al trabajo de tus compañeros de sala, ¿cómo valoras la articulación del discurso plástico y temático por parte del comisario Fernando Barrionuevo?

Por suerte, la Fotografía como disciplina artística, goza de una excelente salud, y su abanico de tendencias, estilos y conceptos se antoja infinito. Cada autor, con su discurso plástico,  pretende buscar su propio espacio único, un lugar único en el que creador y obra compongan un todo. Empresa ésta harto difícil de conseguir, más aún si hacemos caso al dicho popular que indica que en fotografía, prácticamente,  está ya todo inventado.  Por eso la constancia y la honestidad del artista es la única vía de salvación, el método para seguir sorprendiendo, mediante la creatividad, para superarse día a día  y crecer como persona y creador.

Desde esa premisa creo que el discurso plástico y temático articulado por Meca, comisariado por Fernando Barrionuevo, responde a esa sensibilidad poliédrica que es la fotografía actual. La variedad y amplitud de propuestas seleccionadas para son claro ejemplo de un potenciar creador que está a la altura que merece una ocasión como es PhotoEspaña.

¿Podrías decir que este trabajo es representativo de tu estilo fotográfico o se aleja de lo que sueles hacer?

Totalmente representativo. Como he mencionado anteriormente, forma parte de una línea de trabajo de fotografía de calle. Ya en 2002 participé en PhotoEspaña, en la galería Utopia Parkway, con Calles, televisores y un Cadillac, serie en blanco y negro y en la que, como su nombre indica claramente, ya estaba presente el trabajo de calle. El actual, aunque en color y en formato panorámico, bebe inexorablemente de ello. Digamos que es una evolución meditada y reflexionada de mi concepto de fotografía de calle, y aunque esto no impide que ocasionalmente realice incursiones en otros senderos de espectro fotográfico, es a este al que más tiempo dedico y en el que más comprometido me encuentro.

Un trabajo de fotografías de calle, donde la ciudad y los habitantes se presentan ante el espectador prácticamente sin ninguna intermediación, transpirando vida y  cotidianidad en una sociedad poliédrica. Todo ello, como también he indicado antes,  aderezado con mi bagaje underground. Imágenes de diferentes ciudades, como Granada, Barcelona o Almería, Colonia, en un formato muy cinematográfico y donde lo de menos es la geolocalización de las mismas, pues no se trata de postales al uso, sino historias entrelazadas de persona, intentando sacarle a las ciudades la ironía, la alegría, la vida que tienen.

Centrándonos en el panorama fotográfico nacional, ¿cómo ves la situación de la fotografía en el momento actual en nuestro país?

Creo que la fotografía es el arte del momento, por antonomasia. Desde ese punto no nos podemos quejar. En España, y podríamos decir que en el resto del mundo, vive su segunda Edad de Oro, tras la generada en torno a la revista Life. Por otro lado, como he manifestado anteriormente, la creación no está suficientemente cuidada en nuestro país. Bien es cierto que asistimos a un boom fotográfico sin precedentes, desde la proliferación de creadores gracias a la accesibilidad que facilita la tecnología, a la infinidad de encuentros, certámenes, cursos, talleres y seminarios fotográficos que se suceden a lo largo de la geografía española. Solo el tiempo decantará lo que es valido y trascendente de lo que es mero artificio.

Por otro lado, para un fotógrafo de calle, no deja de resultarle preocupante que disfrutemos de una de las normas existentes más restrictivas en cuanto a lo que la Ley de Derecho al Honor y a la Propia Imagen se refiere, una ley de 1982. Que cada vez que salgas a la calla para hacer fotos estés quebrantando la Ley puede ser disuasorio, o alentador, según que caso, pero ante todo ridículo y anacrónico.

¿Has tenido ocasión de visitar las exposiciones programadas por PHE para este año?,

Pues hasta el momento, no. Espero poder hacerlo próximamente y como casi todos los años, acercarme a Madrid para empaparme bien del festival. Aunque le tengo echado el ojo a un gran numero de exposiciones, hay una anotada como prioritaria y que no me pienso perder: MANIFIESTO de William Klein.  Una gran retrospectiva que propone un dialogo entre su trabajo fotográfico con su obra pictórica, gráfica y cinematográfica.

¿En qué momento de tu creación fotográfica te encuentras?, ¿qué supone para ti la participación en este evento y hacia dónde crees que puede llevarte en tu evolución profesional?

Pues la verdad es que me encuentro en momento de incertidumbre, tras acabar de cerrar dos grandes proyectos fotográficos, que han sido mi mayor dedicación a la creación durante casi los últimos veinte años, (diez años para cada proyecto es una buena media, frente a la inmediatez con la que se pretende resolver todo ahora, jajajaj): A Compás, un trabajo de fotografía sobre la esencia del Flamenco, y Multiversos, el trabajo de calle al que pertenece la serie presentada en PhotoEsopaña MECA; ahora mismo estoy como en estado catártico  y no sé  en qué invertiré los próximos diez o veinte años, ideas hay varias pero necesitan de maduración.

La participación en un evento creativo-expositivo de esta naturaleza es siempre un motivo satisfacción  y de orgullo, una recompensa al trabajo realizado. No hay que olvidar que PhotoEspaña es uno de los eventos fotográficos mas importantes que existen.

Respecto a la evolución personal es absolutamente un incógnita la incidencia que la participación en esta muestra pueda tener en mi evolución personal, es más, siendo sincero, imagino que poca, no mucha. Se trata, nada más y nada menos, que en subir un peldaño más, el conquistar una pequeña cima, pero no albergo la esperanza de que suponga un antes y un después en mi trayectoria. Como he dicho antes, me siento satisfecho y contento de, gracias a MECA, participar en uno uno de los mayores y más prestigiosos foros internacionales de la fotografía, y por medio de sede oficial de PhotoEspaña en Almería, formar parte del elenco de artistas que representan de la propuesta fotográfica que realizada en Andalucía.

Detalle de la publicación en Diario de Almería.

Carlos de Paz

La historia de Carlos de Paz en Almería comienza en 1992 y su trabajo en la creación del Departamento de Fotografía de una importante Agencia de Publicidad. Durante el tiempo en que trabaja en el sector publicitario abandona la fotografía de autor para dedicarse al dibujo y la pintura de manera temporal. A partir de 1997 vuelve progresivamente a realizar fotografías personales y abandona la fotografía publicitaria definitivamente hacia el año 2005. En 2007 monta el Taller al Sur, Laboratorio Fotográfico Digital, realizando trabajos editoriales y expositivos para fotógrafos, artistas, museos, empresas e instituciones. En la actualidad se dedica a la Fotografía Humanista, Social y Metafórica desarrollando proyectos personales. Durante tres años ha impartido cursos de Lenguaje Fotográfico en la Universidad de Almería y regularmente organiza Talleres Fotográficos.

¿Qué decir de ser fotógrafo en Almería?, ¿cómo ha sido tu proceso y trayectoria?

En principio, diría que ser fotógrafo en Almería es lo mismo que serlo en cualquier otro lugar. Podría divagar sobre tópicos y estereotipos en torno a la extraordinaria luz de Almería, el azul del cielo o sus magníficos paisajes que tanto han inspirado a fotógrafos, pintores, cineastas o poetas, pero lo importante no es donde vivas o hacia donde viajes. Es el equipaje que lleves contigo lo que realmente importa. Son tus lecturas, amigos, músicas y emociones los que dan forma a tus imágenes, lo demás es circunstancial.

Mi trayectoria es larga y compleja. Soy fotógrafo profesional desde 1977 y desde entonces he mantenido la actividad creativa y profesional en paralelo. En 1992 me vine a Almería huyendo de la gran ciudad, buscando una mejor calidad de vida familiar, personal y creativa. Finalmente he conseguido encontrar un equilibrio óptimo que me permite centrarme en mi trabajo más personal de manera bastante independiente.

¿Puede un fotógrafo dedicarse en cuerpo y alma a la Fotografía?

No solo puede, sino que debe. Es la única manera que conozco de progresar en cualquier actividad humana, sobre todo si es creativa. Aprendiendo continuamente, siendo honesto con uno mismo y muy exigente con tu trabajo, sin tener en cuenta los estilos que marcan tendencia o los vaivenes de los mercados. Otra cosa bien distinta es si se puede vivir de lo que uno hace. Eso ya es otro cantar. Y no es una buena melodía la que suena en la actualidad cuando se habla de estas cuestiones.

¿Cuál es la situación de la que hablas en el trabajo fotográfico presentado a MECA PHE?

Aunque soy un fotógrafo bastante ecléctico, una parte importante de mi trabajo es lo que hoy se suele entender como fotografía de calle, aunque yo prefiero hablar de fotografía humanista, que  reflexiona sobre la vida cotidiana de las personas con las que comparto espacio vital, con sus alegrías y tristezas. Imágenes que salen a mi encuentro cuando voy paseando sin rumbo fijo y sin buscar nada de manera predeterminada. En Soledad Compartida ¾el trabajo expuesto en MECA PHE¾  muestro escenas en las que diferentes personas comparten con otras esa situación de soledad que seguramente todos hallamos vivido en algún momento de nuestras vidas, cuando el silencio interior es capaz de callar el murmullo de la ciudad, o cuando esa lectura apasionante nos aísla del mundo exterior.

También están los que comparten su soledad con la fidelidad del amigo animal o con la belleza sanadora del arte. Está el solitario circunstancial y el que busca en la soledad la compañía que no encuentra, está la soledad del pasado y también la soledad del futuro; ése en el que todos volveremos a estar verdaderamente solos. 

Esa inquietud social parece ser común al trabajo de tus compañeros de sala, ¿cómo valoras la articulación del discurso plástico y temático por parte del comisario Fernando Barrionuevo?

Nunca es fácil reunir a autores con discursos fotográficos diferentes, aunque en esta ocasión la manera en la que Fernando Barrionuevo ha realizado la selección de autores, agrupándonos según intereses y temáticas en tres exposiciones colectivas distintas me parece un acierto. Y que después podamos exponer todos juntos es una buena oportunidad para contrastar las diferentes propuestas fotográficas expuestas.

¿Podrías decir que este trabajo es representativo de tu estilo fotográfico o se aleja de lo que sueles hacer?

Se podría decir que sí es muy representativo de una parte de mi trabajo, pero no tengo muy claro eso del estilo fotográfico y en realidad no es algo que me preocupe demasiado. Prefiero concentrar mis esfuerzos en seguir produciendo nuevos proyectos y dejar que sean otros los que opinen sobre este tema.

Centrándonos en el panorama fotográfico nacional, ¿cómo ves la situación de la fotografía en el momento actual en nuestro país?

Es un momento magnífico, aunque los años me han enseñado a ser cauto. Nunca antes hemos visto tantísimos trabajos fotográficos y tan variados. Sin embargo, a veces tengo la sensación de que hay mucho ruido y pocas nueces, o que el bosque dorado que se ha creado en torno a la fotografía brilla en todo su esplendor, pero ese brillo impide distinguir bien el polvo de la paja. De todas formas, el tiempo se encargará de poner las cosas en su sitio y se verá cuales son los trabajos que perduran. Mientras tanto, habrá que seguir trabajando con honestidad y seriedad. 

¿Has tenido ocasión de visitar las exposiciones programadas por PHE para este año?,

Pues aunque parezca mentira, tengo tanto trabajo este verano, que aún no he podido ir por Madrid, ni tan siquiera a ver a mi hijo y nieto que viven allí. Al menos tengo el placer de participar y asistir a las exposiciones organizadas por MECA como sede de PHE Almería.

¿En qué momento de tu creación fotográfica te encuentras?, ¿qué supone para ti la participación en este evento y hacia dónde crees que puede llevarte en tu evolución profesional?

Pues como siempre, en un momento de pocas certezas y de muchas dudas razonables, que son mi auténtico alimento creativo. Esta exposición es como el pistoletazo de salida de una nueva época muy interesante en mi trayectoria, en la que estoy muy centrado en el montaje de la exposición Soledad Compartida, en la presentación del libro Todo Va Bien, en el que llevo trabajando más de dos años y también en terminar de producir otros proyectos que llevan tiempo esperando y que, si nada se tuerce, verán la luz muy pronto.

Detalle de la publicación en Diario de Almería.

Estela García

Estela García se define a sí misma como una hacedora de imágenes “ya que uso este medio para hablar y crear historias más íntimas que objetivas”. Descubrió la fotografía gracias al sonido del arrastre de una película blanco y negro que salía de la cámara de una persona cualquiera. “Me asombró -dice- la sensación del tiempo que quedaba ausente”. A partir de ahí se interesó por lo más básico de este lenguaje y profundizó en el laboratorio blanco y negro y las técnicas antiguas: “Métodos que me permiten llevar a la reflexión todo aquello que quiero o necesito contar, son procesos lentos, durante los cuales, cualquier decisión o cambio afectan de manera irreversible en el resultado final de la imagen”

¿Qué decir de ser fotógrafo en Almería?, ¿cómo ha sido tu proceso y trayectoria?

Ser fotógrafo y vivir en la ciudad de la luz pues un privilegio. Aquí empecé a fotografiar todo aquello que veía pero mi atracción por el laboratorio me llevó a Barcelona y a mi regreso a Almería he construido un laboratorio en un bonito lugar frente a la costa. Una conjunción fotográfica perfecta.

¿Puede un fotógrafo dedicarse en cuerpo y alma a la Fotografía?

Alguien que vive intensamente su oficio, su profesión, su arte… sólo puede entregarse a él. Para mí la fotografía es el catalizador entre la realidad y mis emociones.

Desde pequeña envidiaba a los pintores y los admiraba y lo sigo haciendo, pero al descubrir la cámara me di cuenta de que mi carácter se adapta más a este instrumento, pues soy impaciente y rápida, fue un gran descubrimiento para mí y me alegro enormemente de haberlo encontrado, abrió mi percepción del mundo y de mí misma, nunca podré agradecer lo suficiente a la fotografía todo lo que me da.

¿Cuál es la situación de la que hablas en el trabajo fotográfico presentado a MECA PHE?

Me impacta muchísimo que la ciudad con más horas de luz de Europa conserve tantos muros «ciegos». Urbanísticamente es un auténtico desastre, y durante décadas ninguna administración ha contemplado la idea de otorgar licencia a sus conciudadanos para «no vivir a oscuras». Es magnífico que muchos de ellos se aventuren a abrir pequeños agujeros en esas enormes medianeras.

Esa inquietud social parece ser común al trabajo de tus compañeros de sala, ¿cómo valoras la articulación del discurso plástico y temático por parte del comisario Fernando Barrionuevo?

Son discursos diferentes que casi hablan de lo mismo en un intento de universalizar lo fotográfico. Si miro el conjunto que formamos los tres siento que estoy en un lugar del Mediterráneo, no se muy bien donde pero cerca de ese mar. La labor de Fernando ha sido esencial para generar este diálogo.

¿Podrías decir que este trabajo es representativo de tu estilo fotográfico o se aleja de lo que sueles hacer?

Es el primer proyecto que abordo en formato digital. Es el primer proyecto en el que no desarrollo una vivencia personal, son fotografías de algo externo a mí, algo que contemplo cuando camino, que observo desde lo lejos y puedo reflexionar de una manera más objetiva. Creo que es la razón de que estas imágenes sean tan minimalistas, aparentemente vacías de contenido. No estoy acostumbrada a trabajar desde este lugar, pero he conseguido emocionarme llevándolo a cabo.

Centrándonos en el panorama fotográfico nacional, ¿cómo ves la situación de la fotografía en el momento actual en nuestro país?

No me atrevo a hacer una valoración de este tema a ese nivel. Se que después del duro golpe que ha sufrido la Fotografía almeriense y andaluza tras la destitución de Rafael Doctor a cargo del CAF se pone de manifiesto la incompetencia y el poco respeto de la Administración hacia la cultura. La cultura debe de ser libre porque es de la gente, es del pueblo y eso debe de tratarse sin colores políticos.

¿Has tenido ocasión de visitar las exposiciones programadas por PHE para este año?

Me gustaría ver a David Jiménez por supuesto con esas imágenes tan poéticas y sugerentes, William Klein, Maria Moldes y esos innumerables desconocidos, siempre descubro autores que me sorprenden y eso me apasiona.

¿En qué momento de tu creación fotográfica te encuentras?, ¿qué supone para ti la participación en este evento y hacia dónde crees que puede llevarte en tu evolución profesional?

Sigo inventándome fórmulas para sobrevivir fotográficamente. Trabajar en analógico es costoso y tengo que alternarlo con encargos menores. Para mi haber entrado a formar parte de esta exposición ha sido un brazo en el hombro diciéndome que lo estoy haciendo bien, que aunque cueste se llega. Es importante estar aquí y ese reconocimiento es positivo y generará cosas positivas.


Pablo Vara

Pablo Vara realiza sus estudios de arte en Barcelona y en Alemania, para posteriormente pasar una temporada en Roma, ciudad que será el objeto de buena parte de su producción. Ésta es en buena parte en blanco y negro, muy influenciada por la estética cinematográfica. La temática es de corte vivencial, emocional, íntimo y casual en su ejecución. El trabajo que presenta en esta exposición, ambientado íntegramente en Roma, responde en su origen a la voluntad de seguir profundizando en un proyecto anterior llamado Hch 9, 8-9. El coma al que se refiere el título no es sino una metáfora sobre la pérdida completa de consciencia

¿Qué decir de ser fotógrafo en Almería?, ¿cómo ha sido tu proceso y trayectoria?

Ser un fotógrafo almeriense no puede ser sino un privilegio. Pienso, por ejemplo, en esa luz fuerte, que a menudo te obliga a entornar los ojos para protegerte de su resplandor y que se funde en largos atardeceres de matices indescriptibles, de tonos púrpuras y anaranjados. Se trata de una luz dura pero a la vez amable, que revela con intensidad los colores y volúmenes de los objetos sobre los que se posa. Si has crecido en Almería tienes que tener inevitablemente una impronta sobre tu retina. Luego viajas fuera y ves las cosas con otros ojos. Aprendes y te ejercitas, puedes incluso renegar, pero un día te das cuenta de que la luz del sur es parte de tu “gramática”.

¿Puede un fotógrafo dedicarse en cuerpo y alma a la Fotografía?

No debemos olvidar que la fotografía sigue siendo un oficio, así que ¿se puede dedicar uno en cuerpo y alma a la fotografía? Sí. Otra cosa es el tipo de fotografía a la que uno se quiera dedicar y el vínculo que se tenga con la misma. Si la fotografía para ti es un acto íntimo, algo parecido a un diálogo interior, pues no es recomendable que además bases el 100% de tu economía en hacer trabajos comerciales puesto que, con toda probabilidad, acabarás perdiendo esa relación mágica. Después de echar horas y horas delante del ordenador retocando caras de desconocidos a los que odias no tendrás ganas de diálogos interiores.

¿Cuál es la situación de la que hablas en el trabajo fotográfico presentado a MECA PHE?

Las fotografías que presento en MECA forman parte de un proyecto llamado Breve paseo por un coma profundo. Esta serie, ambientada íntegramente en Roma, responde en su origen a la voluntad de seguir profundizando en un proyecto anterior llamado Hch 9, 8-9. El coma al que se refiere el título es una metáfora sobre la pérdida completa de consciencia. El espectador deambula por una ciudad hecha de piedra en la que se reflejan unos personajes que parecen ajenos a todo, como si estuviera habitando un espacio onírico. Rostros anónimos, callejones, adarves, fachadas y noches cerradas se entretejen en un proyecto que es un viaje de ida y vuelta emocional. Durante el proceso creativo me inspiraron: la propia ciudad de Roma, la literatura de Calvino, el pensamiento de Franz Roh y Edmund Husserl y también por el oscuro imaginario de David Lynch.

Esa inquietud social parece ser común al trabajo de tus compañeros de sala, ¿cómo valoras la articulación del discurso plástico y temático por parte del comisario Fernando Barrionuevo?

No he tenido ocasión de ver ninguna de las exposiciones que Fernando ha programado dentro de PHotoEspaña aún, pero conociendo la obra de alguno de los fotógrafos que participan estoy seguro de que tiene que ser una buena articulación.

¿Podrías decir que este trabajo es representativo de tu estilo fotográfico o se aleja de lo que sueles hacer? 

Breve paseo por un coma profundo es un trabajo que realicé en una etapa concreta de mi vida y que tuvo un principio y un final muy definidos: mi llegada a Roma y, después de un año y medio, cambios vitales bastante importantes. ¿Este trabajo es representativo de mi estilo fotográfico? La mirada está viva. Es difícil reparar en una cosa dos veces de la misma manera y con la misma intención. Perdemos la inocencia y se altera nuestra percepción. Chema Madoz, por ejemplo, es un fotógrafo aunque razona artísticamente como un escultor. Digamos que se preocupa bastante por su estilo fotográfico; en su obra el contenido está supeditado a la forma y sus fotografías son muy reconocibles por esto. El estilo es tu seña de identidad, lo que hace tu obra reconocible, pero también puede ser una estrategia de mercado. No hay que buscarlo a priori porque puede ser peligroso, te puede atrapar. Sin embargo, es preciso tener una mirada activa y crítica, preguntarte antes de apretar el disparador si lo que tienes delante es de verdad tu reflejo o el reflejo de otra persona.

Centrándonos en el panorama fotográfico nacional, ¿cómo ves la situación de la fotografía en el momento actual en nuestro país?

Creo que la fotografía ha vivido un gran momento de gloria en los últimos tiempos y prueba de ello es su presencia casi hegemónica en las producciones artísticas de autores que ni siquiera se consideran fotógrafos. No obstante pienso que, ahora que ya no se cuestiona su presencia en las instituciones, los fotógrafos se enfrentan a otro reto; conseguir articular discursos propios, encontrar su propia mirada en un mundo sobreexpuesto a las imágenes fotográficas. Y quizás lo más difícil: conseguir ser visto con atención, sobrevivir a la fugacidad y la avidez a la que nos abocan internet y las plataformas de difusión. Y ahí viene el siguiente reto: tenemos que ser capaces de defender espacios tan emblemáticos e importantes para la conservación, difusión y estudio de esta disciplina como lo es el Centro Andaluz de la Fotografía. Es muy alarmante la reciente destitución de su director y los planes (turbios y sospechosos hasta el momento) que tiene la Junta de Andalucía para un centro que debería ser un referente europeo en su categoría. Como decía, ya no se cuestiona la presencia de la fotografía en los museos pero eso no significa que no sea vital un Centro Andaluz de la Fotografía, espacio de encuentro en torno al hecho fotográfico único en España.

¿Has tenido ocasión de visitar las exposiciones programadas por PHE para este año?

Desgraciadamente este año no he podido ir a Madrid. Me gustaría ver la exposición de Paula Anta, gran amiga y fotógrafa.

¿En qué momento de tu creación fotográfica te encuentras?, ¿qué supone para ti la participación en este evento y hacia dónde crees que puede llevarte en tu evolución profesional?

Actualmente me hallo en un periodo muy activo desde un punto de vista creativo. Estoy haciendo muchas fotografías y siento que mi trabajo ha evolucionado hacia una mayor consciencia de la sintaxis visual. Estoy trabajando en blanco y negro con mi cámara de formato medio. Me entreno a diario, trato de tomar fotografías jugando deliberadamente con los elementos que conforman la imagen: luz, composición, ritmo, etc. Estoy muy contento de poder participar por vez primera en PHotoEspaña y de poder hacerlo desde casa. Se trata de un renglón que cualquier fotógrafo (español sobre todo) desea tener en su currículum.

Detalle de la publicación en Diario de Almería.

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