Arteterapia: de lo disperso a lo simbólico

[Esta entrada recoge el artículo que se publicó en octubre de 2021 para la revista «Imagen Latente» que edita la Escuela de Arte Cruz Novillo de Cuenca bajo la dirección de Rafael de la Torre, y que recorre mis conocimientos y experiencias fundamentadas en la fotografía terapéutica y hunanista.] Enlace a la revista en Issuu.

Introducción: de lo disperso a lo simbólico, un viaje al origen

Para Pablo Beneito, Doctor en literatura Islámica: “Lo simbólico supone el movimiento de restituir la unidad, mientras que lo diabólico sería el movimiento de dispersar.” [1]

Para la cultura antigua, y en todas sus tradiciones (la mística sufí, la mística cristiana, el satori del budismo Zen o el ascetismo hinduísta), la unión con lo absoluto, como momento contemplativo que aparta el ruido del mundo para concentrar la mente en el centro de gravedad permanente que es el corazón, es principio de virtud y sanación.

Los artistas lo sabemos, ese momento en el que el autor se diluye en la obra y en el proceso de creación es una suerte de meditación particular, y es por eso que se habla del carácter sanador del arte, más allá de la contemplación estética que provoca bienestar en el espectador, también desde el beneficio al creador de la propia percepción imaginal que nos acerca a mundos sutiles, y como espacio y acción ritual que nos conecta con la presencia evadiéndonos del ego y del concepto de tiempo. En un acto de egoísmo y generosidad a un tiempo en el que somos uno con todos.

Cuando estudiamos gestión emocional y autorregulación del estado anímico a través del autoconocimiento, nos damos cuenta de que, en realidad, el estrés o la ansiedad, como estados anímicos asimilados fisiológicamente a la reacción de la amígdala cerebral ante una situación de emergencia, y por tanto a una emoción como el miedo, están en el lado opuesto a la sensación de simbiosis libidinal que se da en los seres vivos cuando sus necesidades fisiológicas básicas (calor, amor, calma, seguridad, alimento) están cubiertas, aspecto que ha sido estudiado tanto por neurocientíficos expertos en neonatología que observan la relación del bebé con su madre, como por zoólogos que observan las condiciones de vida de los animales y su convivencia en colectividad. [a]

Este proceso fisiológico y esta asimilación emocional, que se produce también en comunión con el proceso de creación, contribuye a la consolidación de patrones de salud que perpetúan la especie, como explica Socorro Morac [2]: “indudablemente nuestra evolución como especie está ligada a lo que hemos hecho con nuestras manos y nuestro cerebro desde los tiempos más remotos.” En la introducción a la función del arte estudiada por la neurobiología, cita a Zaidel, que presenta el arte como “un proceso adaptativo ligado a los centros del placer y la recompensa”, o a Vacas Mora, quien defiende que “el arte nació por razones simbólicas y sociales en vez de por cierto placer estético”, para concluir que “en lo que sí están de acuerdo tanto especialistas en la materia como científicos o artistas es que el arte es una búsqueda de lo esencial y un gran deseo de comunicar”.

1. Consciencia emocional y arteterapia en la escuela

La mayoría de expertos, y cada vez más en la medicina alopática, están introduciendo técnicas de relajación, respiración y autoconocimiento emocional que, desde el moderno Mindfullness, rescatan estas técnicas de tradiciones milenarias como son la consciencia de la respiración, y del propio cuerpo físico, y la meditación. También es ya habitual en ámbitos terapéuticos y de habilitación psicosocial, desde hace décadas, la arteterapia como herramienta de consciencia emocional y de comunicación con el paciente. El lenguaje simbólico de la imagen, así como el proceso de comunicación del propio ego a través de la materia de creación facilitan la hermenéutica e interpretación más allá de lo evidente. Y también, a partir del estudio de la relación del arte con la enfermedad mental, hace ya un siglo, la arteterapia se utiliza como paliativo en enfermedades como el cáncer, pero también como herramienta de concentración y calma en síndromes de hiperactividad, desórdenes mentales y patologías psicológicas.

Por supuesto, psicólogos expertos en este área en cualquiera de las corrientes y escuelas, desde la cognitivo-conductual, hasta el psicoanálisis o la terapia Gestalt, inciden en la importancia de la afectividad y la consciencia del ego, en la comprensión intelectual de cuál es el estímulo que nos da la alerta o que nos hace sentir calmados y de qué manera responde nuestra psique ante el mismo, así como de la desactivación del estrés al situar en nuestro imaginario situaciones de calma (de nuestra propia imaginación, o a partir de la producción o la contemplación del arte) o centrándonos en el poder del ahora. De hecho, cualquiera de nosotros podemos recordar imágenes de paz en ausencia de situaciones que nos exigen, que nos incomodan o nos atemorizan, por alguna razón. [b]

Siguiendo estas premisas, y habiendo estudiado tanto la capacidad de presencia y consciencia emocional de la meditación y el arte como herramientas de introspección y autoconocimiento, hace unos años desarrollamos un programa piloto para el desarrollo de la competencia emocional con el alumnado a través del Centro de Profesorado y que experimenté en el aula con estudiantes de 2º de Fotografía de la Escuela de Arte de Almería en el año 2011. Con las indicaciones de Miguel Ángel Pérez Ibarra, del Instituto Emoconciencia [c], introdujimos cuatro minutos de consciencia en la respiración antes de cada clase, al que seguía una visualización activa desde el imaginario personal de cada participante, para “parar el ruido” entre clase y clase y poder acentuar la concentración en la misma sin que el pensamiento se dispersara.

Ser de nuevo unidad para poder volver a activar la capacidad de discernimiento. Volver a la calma, volver al lugar simbólico de seguridad, al centro de gravedad permanente, antes de seguir danzando en la dispersión de los programas educativos que, construidos narrativamente de la misma manera que la parrilla de la programación televisiva (ya sea a la carta o programada) o la estructura hipertextual de las redes sociales, se alejan de la percepción de unidad que nuestra fisiología entiende, por naturaleza, como fuera de la situación de emergencia.

A partir de mi experiencia docente, tras investigar como alumna del Master en Artete- rapia Gestalt en CETHA Almería y como miembro del colectivo Fotoeduterapia, surgen los Talleres de Fotografía para el Autoconocimiento Mirando Hacia Adentro, que imparto en Málaga y Almería, con asociaciones de fotógrafos como “Desencuadre” en Almería o la “Sociedad Fotográfica de Málaga” y comparto en experiencias de intercambio y ponencias con el Colectivo Imagen de Fuengirola, la agrupación Photoluz de colectivos fotográficos de Cádiz, el Centro de Fotografía y Artes Visuales “Apertura” de Málaga o la Tercera de Fotokalea, programa de profesionales y tendencias en la fotografía contemporánea asociado al homónimo Simposio Nacional de Fotografía Urbana. Voy centrando mi propio vivir pedagógico y personal en estos ejercicios e investigaciones, que se han adaptado a los programas de la Universidad de Almería (Curso de Extensión Universitaria) o de la Fundación de la Universidad de Málaga (fundación FGUMA).

La conexión con el entorno a partir de la deriva psicogeográfica es otro de los traba- jos-experimento que planteo a mi alumnado de fotografía, actualmente en la Escuela de Arte San Telmo en Málaga, y que desarrollamos como proyecto expositivo en el Museo de Almería en 2018 con el alumnado de la Escuela de Arte almeriense [3], a partir de la experiencia “Foto Acción Almería” (2015-2019) [4] que fue expuesta en el Centro Andaluz de la Fotografía [5] y ha dado lugar a los talleres “Barrio e Identidad” del colectivo Fotoeduterapia en Madrid [6] o “Fotografía y territorio” en Apertura en Málaga [7].

Como contenido transversal de todo ello, pretendo hacer llegar la habilidad social de la empatía, la escucha activa, la conexión con la propia esencia y la que nos une en colectivo, con la fotografía y el arte como herramientas de descubrimiento y consolidación de un autoconocimiento en lo personal y una consciencia crítica en el análisis social.

Es eso lo que estudiamos a continuación: la dualidad de la herramienta fotográfica que, por una parte, nos atrapa en una proyección irreal que pretende pasar por verdad absoluta y objetiva, y por otra, nos permite, como arte que es, imaginar otros mundos posibles en los que refugiarnos, o que proyectar hacia fuera a modo de reivindicación vital que sumar al imaginario colectivo.

2. El ámbito de la fototerapia. Fotobiografía y fotología

Jorge Fernández Bazaga y Carlos Canal cuentan con una experiencia acumulada en ámbitos muy diversos: la escuela, la universidad, la formación de docentes y terapeutas, el mundo clínico y la fotografía de creación. En los talleres que imparten, o en el curso “Fotografía y terapia: más allá de la imagen estética” de la Universidad de Málaga, del que fui alumna en su cuarta promoción, y en el emprendimiento de la aventura editorial La mirada creadora, que comparten con generosidad y rigor, se manifiesta su vocación de “unir campos y disciplinas, generando una serie amplia y versátil de recursos.” En sus trabajos encontramos la exploración del inconsciente desde la creación performática, el psicodrama o la psicogeografía, y mediante el autorretrato como proyección identitaria o la construcción de foto-biografía como narración consciente de la historia de vida, entre otros. “En su conjunto, late una invitación a la vida y una revisión de los recursos del medio fotográfico, las cuales nos lleva a reflexionar sobre la existencia” [8],[9]

David Viñuales [10] destaca en su investigación la capacidad de un arte particular como es la fotografía para acercarnos a la consciencia del momento presente: “si el arte en general nos conecta con las emociones, la fotografía nos conecta a través de las emociones con una experiencia de realidad” y presenta la fototerapia como “un método con el que poder reconocer y acceder a la formación de las imágenes personales”, “un medio con el que trabajar las emociones desde la perspectiva de los procesos creativos”. Al permitirnos acceder al inconsciente personal y colectivo como representación del mundo en el que se vive, la fotografía proporciona una conexión con la realidad y al mismo tiempo una alta capacidad simbólica que –explica Viñuales– “es utilizada por profesionales de la educación y asistencia social así como por terapeutas ocupacionales en trabajos de normalización lingüística, trabajos de aculturación con refuerzos identitarios y culturales, actividades participativas, representativas, rememorativas, trabajos asistenciales, etc.”

Estos usos terapéuticos de la fotografía “no tienen por qué darse en un entorno terapéutico concreto ni guiados por un terapeuta formado y especializado”, de hecho existe un ámbito contingente en nuestras enseñanzas artísticas aunque no sea específico hablar ahí de terapia, ya que “no todas las técnicas que se utilizan en fotografía terapéutica son directamente aplicables en la educación en las artes”, sin embargo, mediante la fotografía terapéutica “cada persona, de manera individual, puede hacer fotografías que le ayuden a comprender, simbolizar, exteriorizar, reconocer, etc. como hizo la pionera británica Spence”

Con estos referentes, con el alumnado del CFGS en Fotografía en la Escuela de Arte de Almería dedicamos uno de los trabajos de la asignatura Proyectos de Fotografía a investigar acerca del cuerpo y la identidad, a partir del autorretrato identitario y de consciencia emocional y de la exploración del autoconcepto en torno al cuerpo. Los resultados pudieron verse en las exposiciones “Identidades” y “Cuerpo e identidad”, en los cursos 2015-2016 y 2017-2018 en el Instituto Andaluz de la Juventud. [11],[12]

2.1. Joe Spence y la fotografía como catarsis

De Joe Spence nos hablan también los compañeros de Andana foto en su reseña [13] sobre el libro-catálogo “Más allá de la imagen perfecta. Fotografía, subjetividad, antagonismo”, editado por el MACBA en 2005. Pionera en la descripción de los “procesos de fotografía terapéutica y el uso de la fotografía en espacios personales y de intervención social”, su trabajo y la divulgación de ejercicios visibilizan “por primera vez el gran poder terapéutico y social de la fotografía”. Spence afirmaba que “la fotografía es un instrumento para visibilizar los cánones culturales que nos rodean y enferman”. Exploró “cómo se construyen las imágenes, los estereotipos, los usos sociales y mediáticos de la fotografía” y, mediante el uso del teatro y la fotografía, “la proyección fotográfica y la construcción de la propia imagen”, proceso en el que “el sujeto es capaz de actuar a través de narraciones personales y reclamar la autoría y responsabilidad de su propia biografía”.

2.2. Judy Weiser, la imagen fotográfica como catalizador visual.

Pionera en el desarrollo, estudio y divugación de Técnicas de Fototerapia en Counseling y Terapia, Judy Weiser se centra en la interpretación de la vida interior de quienes utilizan la fotografía como herramienta de autoconocimiento mediante el uso de la fotografía vernácula y los álbumes familiares, “y sus interacciones con estos catalizadores visuales para evocar terapéuticamente los recuerdos relevantes, sentimientos e información que está contenida en las imágenes de forma inconsciente”.

Considera cualquier creación fotográfica como “una forma de autorretrato”, “una especie de espejo con memoria” que refleja y hace visibles las historias personales, sirviendo como huellas que van marcando donde ha estado física y emocionalmente el usuario, “e incluso probablemente señalen hacia dónde se encaminan”.

“El significado actual de las fotos se encuentra –explica Weiser– no tanto en sus factores visuales, sino en lo que estos detalles evocan en la mente (y en el corazón) de cada observador. Al observar una fotografía, las personas, generalmente espontáneamente, crean el significado que ellos creen está proviniendo de la foto misma, y este significado puede o no ser el que el fotógrafo originalmente intento expresar”. [14]

Las técnicas de FotoTerapia involucran fotos tomadas, vistas, posadas, activamente reconstruidas, trabajadas a través de la memoria o la imaginación, y así mismo, exploradas durante interacciones con imágenes “encontradas” que fueron creadas por otras personas.

Todos estos usos, estudiados en el Curso de Extensión universitaria que impartí en 2018 a través del Aula de Cultura/ Aula de Fotografía de la Universidad de Almería, cristalizaron en una puesta en común honesta y nutritiva gracias a los participantes en el mismo durante los 4 meses de formación y posterior puesta en común expositiva.

2.3. Fina Sanz y la Fotobiografía como narración consciente de vida

Desarrollada por Fina Sanz [15] como técnica de apoyo a la introspección, “la Fotobiografía se ha convertido en una metodología pedagógica y terapéutica fundamental en el marco de la Terapia de Reencuentro”. Se trata de un enfoque que integra de una forma original la historia de vida narrada y sentida por cada persona y las imágenes que la acompañan, extraídas de los álbumes familiares, “donde se entrecruzan las miradas de los otros sobre uno mismo y nuestras propias miradas hacia nosotros y el mundo que nos rodea.”

La Fotobiografía nos muestra de una manera gráfica el universo social y cultural del que procedemos, los ritos y los mitos en los que participamos. “Nos aporta imágenes concretas de los valores sociales en los que vivieron nuestros antepasados, nos enseña cómo nos situábamos en el entorno familiar, los cambios que hemos ido realizando, que se manifiestan en el cuerpo, el rostro, la mirada.”

Relacionado con este uso, el trabajo de la argentina Irina Werning ha servido de inspiración a trabajos de aula como el de mi compañera Noemí Genaro [16], y al uso de la foto familiar como base de la interpretación y construcción narrativa de la biografía en mis talleres “Mirando hacia adentro”, experimentando también con el autorretrato dirigido, que nos convierte en protagonistas y a la vez autoras y directoras del proceso de creación de la propia huella y de nuestra propia historia.

Concluyendo, la fotografía como herramienta creativa y de autoconocimiento posibilita la consciencia emociona y vital, al ser un canal de puesta en común continuo de interiorización y exteriorización que concreta y delimita la asimilación del simbolismo particular de lo íntimo, para entenderlo nosotros mismos, desde un proceso de exposición, exteriorización, comunicación hacia fuera, y que, como proceso y producto creativo que es, también, suma una cosmovisión particular al imaginario colectivo. [d]

5. Bibliografía y referencias citadas

1. “Imaginación Creadora y el Mundo Imaginal, sobre la función mediadora del símbolo y del arte.”, conferencia de Pablo Beneito, Universidad de Murcia. http://www.ru-a.org/2013/02/desrealidad-pablo-beneito-transcript.html

2.“Creatividad & melancolía: un estudio psicobiológico de las dimensiones de la personalidad en el artista plástico contemporáneo” Tesis doctoral de Socorro Morac. Universidad Complutense de Madrid.

3. Exposición “Paisaje y territorio” en el blog EscuelaImass: https://proyectosescuelaimass.wordpress.com/2018/04/16/exposicion-paisaje-territorio

4. Blog “Gentrificación en el Casco Histórico” que describe el inicio del proyecto “Foto Acción Almería”: http://gentrificacionenelcascohistorico.blogspot.com

5. Taller “Barrio e Identidad”, colectivo Fotoeduterapia: https://fotoeduterapia.com/cursos-y-talleres/barrio-e-identidad

6. Charla “Fotografía y territorio” en el blog de Apertura en Málaga: https://www.aperturafoto.es/blog/fotografia-y-territorio-con-elena-pedrosa

7. Exposición “Foto Acción Almería” en el blog del Centro Andaluz de la Fotografía:http://www.centroandaluzdelafotogra- fia.es/esp/es_23_expo_ante_detalle.php?id=255

8. “El taller de Carlos Canal”, libro de Carlos Canal y Jorge Fernández Bazaga Colección “Fotografía en educación, creatividad y cambio personal” Editorial “La mirada creadora”.

9. “El taller para niños y familias”, libro de Jorge Fernández Bazaga Colección “Fotografía en educación, creatividad y cambio personal” Editorial “La mirada creadora”.

10. “El camino de la fotología. De las fototerapias a la fotografía.”, libro de David Viñuales Lera. Autoedición.

11. Exposición “Identidades” en el blog EscuelaImass: https://proyectosescuelaimass.wordpress.com/2016/06/22/exposicion-identidades

12. Exposición “Cuerpo e Identidad” en el blog EscuelaImass: https://proyectosescuelaimass.wordpress.com/2018/04/15/exposicion-cuerpo-e-identidad

13. “Jo Spence, el origen de la fotografía terapéutica” en el blog de Andana, Fotografía y Desarrollo Personal. https://andanafoto.com/jo-spence-origen-la-fototerapia [Andana foto, formado por Amparo Muñoz Morellá y Javier Sancho Boils, es un colectivo y escuela online con experiencia en la intervención comunitaria y la integración social a través de herramientas artísticas.]

14. “Técnicas de fototerapia en Counselling y Terapia” por Judy Weiser en la web Phorotherapy-centre. Traducido al castellano por Marina Strauss. https://phototherapy-centre.com/spanish

15. Artículo “Autorretrato fotográfico como memoria. Reinterpretación del álbum familiar” de Noemí Genaro en la Revista Aularia: https://www.aularia.org/Articulo.php?idart=74&idsec=13

16. “La fotobiografía. Imágenes e historias del pasado para vivir con plenitud el presente”, libro de Fina Sanz. Editorial Kairós.

6. Referencias no bibliográficas consultadas

a. Casilda Rodrígáñez (Escritora e investigadora sobre el parto y la maternidad). Humberto Maturana y Francisco Varela (Biólogos promotores de la idea de Autopoiesis), Tania Gálvez San José (Documentalista en UNED Formación: https://canal. uned.es/video/5a6f9103b1111f3a0f8b45d2)

b. Temario del doble Máster en Psicología Holística y Coaching de ESNECA Formación.

c. Instituto Emoconciencia. Director Miguel Ángel Pérez Ibarra: https://emoconciencia.com

d. Talleres de creación “Ensoñación y percepción expandida” Francisco Villalobos Santos: https://fvillalobos.com

Publicado por escuelaimass

Cuaderno de clase de Fotografía Artística. Elena Pedrosa Puertas. Escuela de Arte de Almería. Se admiten mezclas.

A %d blogueros les gusta esto: